Nos cuesta hablar de las relaciones entre el Reino de Marruecos y los Derechos Humanos. Parece que no queremos hablar, que no sabemos si está bien decir aquello o lo otro, si decir algo es o no políticamente correcto en según que círculos. Callar y no decir nada es exactamente lo mismo. O sea, nada. Y esa extraña sintonía, entre el Rey de Marruecos y los Derechos Humanos, hoy la sentimos más cerca. Hoy la información nos llega antes y nos llega mejor. Sabemos que está pasando y quien está detrás, lo sabemos en tiempo real y…¡lo está viendo todo el mundo! Tengo que contarlo. Tengo que contar que no termina de convencerme ni lo que escucho a un lado ni al otro de las fronteras, ni lo que he podido ver cerca de ellas en los últimos meses. Los humanos y sus derechos tienen que respetarse y llevarse bien. Creía que en eso ya estábamos todos de acuerdo.
Foto: AFP París 1948
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba el 10 de diciembre de 1948 en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos
El Reino alauí es considerado por muchos como «Un país amigo»…otros dicen que es «Un país con el que existe una magnífica y estrecha colaboración». No son frases ni palabras que se me hayan ocurrido a mí, pero reconozco que me sigue sorprendiendo escucharlas y leerlas. La realidad es que al norte en el Monte Gurugú, al sur en el Sahara Occidental y, de puertas para dentro en todo el país, parece difícil controlar el valor de esa amistad de la que poco o nada se habla. Una amistad que siempre controlan los mismos. Antes o después el mundo tendrá que hablar de lo de Marruecos con los Derechos…esos, los de todos los Humanos. O eso creo. Eso quiero.
¡Silencio! ¡Se escucha algo! ¡Son sirenas! ¡Ssssshhh! ¡Alguien viene! ¡Corre, corre!
Lo que ocurre después lo cuentan imágenes como esta del Campamento de Gdim-Izik en el Sahara Occidental.
Foto: AI-AFP-Getty
Unos y otros, fuerzas marroquíes y Derechos Humanos, suelen terminar así con sus diferencias y con sus diferentes. Una imagen que parece que se repite, al norte y al sur, al este y al oeste del país, desgraciadamente, con demasiada frecuencia y con total impunidad.
¿HASTA CUANDO?
Imagen tomada días después de que cerca de 500 inmigrantes lograran entrar en Melilla saltando la valla.
En la foto, Ousmana, Fofana, Koffi y sus compañeros de viaje se asombran con las imágenes que dieron la vuelta al mundo y de las que ellos eran los tristes protagonistas. Después de verlas me preguntaron que se decía en España de ellos…
YO, QUE SOIS MIS HERMANOS
Foto: Ángela Ríos ©
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